sábado, 5 de enero de 2008

Reduce Mente Fast



Por Nomeolvides


El fin de semana pasado, mientras paseaba por el centro de la ciudad, escuchaba las charlas de algunas adolescentes que miraban vidrieras; realizaban comentarios como “Ay, estoy re gorda” o “Mi nariz es horrible” y jamás escuché que trataran temas serios, relacionados con el mundo, el país o los sentimientos de cada uno. Esto, sumado a mirar en las noticias el índice de muertes causadas por enfermedades como la bulimia y la anorexia y las malas cirugías estéticas, o el consumo en exceso de pastillas para adelgazar me han llevado a cuestionarme: ¿Quién es el culpable de que la sociedad actual deje de lado lo mental y lo sentimental, preocupándose demasiado por el exterior y utilizando cualquier medio para alcanzar la “perfección”?

La sociedad misma impone estereotipos a seguir, plagando las calles, los programas de televisión y cualquier otro medio gráfico de modelos de pasarela cada vez más delgadas.

Las empresas nos bombardean con productos para vernos mejor, como cremas, pastillas, maquillaje y hasta “comidas adelgazantes”.Y no es verdad que los comercios de indumentaria piensan en todos, la ropa que se vende es cada vez más pequeña.

Todo esto resulta en que las personas se desesperan por estar “bellas”, con óptimos cuerpos y rostros, sobre todo con la llegada del verano. Esto me hace pensar que la sociedad considera como belleza sólo lo físico. ¿Lo que uno es como persona importa tan poco? ¿Vale más tener un cuerpo escultural y una cara bonita que valores correctos y una moral pura?

Es cierto que sentirnos satisfechos con nosotros mismos es bueno, pero no hay que dejarse llevar por lo que las masas consideran como “correcto”, perdiendo nuestra propia esencia. Al respecto, comparto la opinión de la maquilladora Regina Kuligovsky quien, en una entrevista sobre la obsesión de las mujeres por la estética, expresa: “Cada vez hay más influencia de las cosas que vemos. Si una marca de cosmética te pone como modelo a una mujer rubia con pechos grandes, la cola perfecta y ojos celestes, de tanto verlo uno se acostumbra a creer que eso es lo que vale”. (*)

¿Tenemos que adaptarnos a ver lo que los publicistas, las empresas de “belleza” y el mercado quieren que veamos?

La respuesta es no. Nosotros debemos formar nuestras propias ideas y conceptos sobre lo que consideramos “bello”. Y demostrarle a los comercios, a las empresas y a la sociedad misma que lo que ellos nos imponen no es conveniente ni nos hace mejores personas.

Sería maravilloso ver que la sociedad se preocupe por profundizar sus saberes, sus conocimientos, que se dediquen a crecer como seres humanos y cuiden su cuerpo por los caminos correctos. Que sean capaces de dejar un catálogo de maquillaje por un buen libro. Que abandonen el quirófano y se animen a entrar en un gimnasio. Que dejen las pastillas y comiencen a comer alimentos sanos.

Hay que tener en cuenta otro detalle dentro de esta situación. No es verdad que la búsqueda de la “perfección” se limita sólo a los adolescentes; todos y cada uno de los adultos se obsesionan por ser más jóvenes, bellos y “desarrugados”. (Se subraya esto ya que es una comparación y no se marcó como tal) Nadie se salva de los problemas alimenticios, de los trastornos corporales y psicológicos y del deseo de una visita a un cirujano plástico.

En este punto tenemos que replantearnos si lo que realmente queremos es ser admirados por nuestra figura antes que ser reconocidos por nuestros logros e ideas. Todos somos culpables de lo que nos está ocurriendo; el mercado por imponernos un específico estilo de vida, y nosotros por adaptarnos a él sin oponer resistencia. Así es que todos debemos unirnos en esta lucha contra los estereotipos y la superficialidad. Hay que comenzar por aceptar nuestro cuerpo. Saber que tener diferencias con el patrón estético que nos domina no es tener defectos, ya que, como dije anteriormente, este en realidad no debería existir. Intentar llevar una vida saludable y tener la capacidad de actuar y pensar por nosotros mismos.

Y como dice Ricardo Arjona en su canción: “Señora, no le quite años a su vida, póngale vida a los años, que es mejor…”.


(*) Cita sacada de la entrevista “¿Obsesionadas por la perfección estética?” de la página de Internet del Diario Clarín.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusto mucho el artículo! Abarca mucho de lo que es la problemática de la estética.MUy bueno!