sábado, 11 de agosto de 2007

Y... ¡todos leemos!


(Colaboración de Totito)

Poema: La noche más triste

Era una noche de cristal,

con ese brillo que le ponían las estrellas,

los árboles que se movían de un lado a otro,

por ese viento inquieto y divertido.


Todos estaban felices en esa noche,

menos yo, solo, triste, vagabundo, y pensante

sin saber qué hacer, dónde ir o por dónde caminar.

Sí, sólo yo estaba triste, nadie más que yo.


Mis ojos se llenaron de lágrimas,

por mi fastidiosa soledad,

que se llenaba por mi pensamiento.

Mi pensamiento era la fuente de mi tristeza,

porque yo sólo pensaba en tu belleza.


(Colaboración de Hiaia)

¿Qué es un libro?



Un libro abierto es un cerebro que habla,

cerrado un amigo que espera,

olvidado un alma que perdona,

destruido un corazón que llora.

(Proverbio hindú)

(Colaboración de Natuchy)

miércoles, 8 de agosto de 2007

La lectura sin límites

Todos sabemos que el hábito de la lectura es un gran estímulo a la creatividad, imaginación, inteligencia y a la capacidad verbal y de concentración. El libro es una gran ventana a la formación en todos los sentidos. Aumenta la habilidad de escuchar, de desarrollar el sentido crítico, aumentar la variedad de experiencias, y crear alternativas de diversión y placer. También para que convirtamos fácilmente las palabras en ideas. Y desarrollar conciencias conociéndonos a uno mismo, formando criterios, sin contar que nos ayuda a escribir y a relacionarnos mejor socialmente.

¿Tenemos realmente el buen hábito de la lectura? La gente no tiene la sana costumbre de leer. Es verdaderamente una lástima, porque no sólo se puede leer de los libros sino que en Internet encontraremos una buena cantidad de información, y lo mejor de todo, en muchos casos sin que nos cueste un solo centavo. Desarrollar el gusto por la lectura, propiciar el placer de leer, hacer que leer resulte una fuente de dicha, de amor o de gozo.

El placer obligatorio y el amor impuesto constituyen medios seguros para quitar el apetito de la lectura y provocar deseos bien distintos.

El beneficio de la lectura varía directamente con la experiencia propia en la vida. Es como mirar la luna. Un joven lector puede ser comparado a quien ve la luna por una grieta, un lector de edad mediana parece verla desde un patio cerrado y un anciano parece verla desde una terraza abierta, con una vista completa del campo.


(Colaboración de Natiu)

Este mundo es un misterio, Eduardo Galeno

Un grupo de extraterrestres ha visitado recientemente nuestro planeta. Ellos querían conocernos, por pura curiosidad o quién sabe con qué ocultas intenciones.

Los extraterrestres empezaron por donde tenían que empezar. Iniciaron su exploración estudiando al país que es el número uno en todo, número uno hasta en las líneas telefónicas internacionales: el poder
obedecido, el paraíso envidiado, el modelo que el mundo entero imita. Empezaron por ahí, tratando de entender al mandamás para después entender a todos los demás.

Llegaron en tiempo de elecciones. Los ciudadanos acababan de votar, y el prolongado acontecimiento había tenido a todo el mundo en vilo, como si se hubiera elegido al presidente del planeta.
La delegación extraterrestre fue recibida por el presidente saliente. La entrevista tuvo lugar en el Salón Oval de la Casa Blanca, ahora reservado exclusivamente a los visitantes del espacio sideral para evitar escándalos. El hombre que estaba concluyendo su mandato contestó, sonriendo, las preguntas. Los extraterrestres querían saber si en el país regía un sistema de partido único, porque ellos sólo habían escuchado a dos candidatos en la televisión, y los dos decían lo mismo.

Pero tenían, también, otras inquietudes:


¿Por qué han demorado más de un mes en contar los votos? ¿Aceptarían ustedes nuestra ayuda para superar este atraso tecnológico?


¿Por qué siempre vota nada más que la mitad de la población adulta? ¿Por qué la otra mitad nunca se toma la molestia?


¿Por qué gana el que llega segundo? ¿Por qué pierde el candidato que tiene 328 mil 696 votos de ventaja?

¿No es la democracia el gobierno de la mayoría?


Y otro enigma los tenía preocupados:

¿Por qué los otros países aceptan que este país les tome examen de democracia, les dicte normas y les vigile las elecciones? ¿Será porque este país los castiga cuando no se portan como es debido?


Las respuestas los dejaron todavía más perplejos.


Pero siguieron preguntando.


A los geógrafos: ¿Por qué se llama América este país que es uno de los muchos países del continente americano?


A los dirigentes deportivos: ¿Por qué se llama Campeonato Mundial ("World Series") el torneo nacional de béisbol?


A los jefes militares: ¿Por qué el Ministerio de Guerra se llama Secretaría de Defensa, en un país que no ha sido nunca bombardeado ni invadido por nadie?


A los sociólogos: ¿Por qué una sociedad tan libre tiene la mayor cantidad de presos en el mundo?


A los sicólogos:

¿Por qué una sociedad tan sana engulle la mitad de todos los psicofármacos que el planeta fabrica?


A los dietistas: ¿Por qué tiene la mayor cantidad de gordos este país que dicta el menú de los demás países
?

Si los extraterrestres hubieran sido simples terrestres, este absurdo pregunterío hubiera acabado mal. En el mejor de los casos, hubieran recibido un portazo en las narices. Toda tolerancia tiene un límite. Pero ellos siguieron curioseando, a salvo de cualquier sospecha de impertinencia, mala educación o mala leche.


Y preguntaron a los estrategas de la política externa: Si están ustedes amenazados por enemigos terroristas, como Irak, Irán y Libia, ¿por qué votaron junto con Irak, Irán y Libia contra la creación del Tribunal Penal Internacional, nacido para castigar el terrorismo? Y también quisieron saber: Si ustedes tienen, aquí cerquita, una isla donde están a la vista los horrores del infierno comunista, ¿por qué no organizan excursiones, en vez de prohibir los viajes?


Y a los firmantes del tratado de libre comercio: Si ahora está abierta la frontera con México, ¿por qué muere más de un bracero por día queriendo cruzarla?


Y a los especialistas en derecho laboral: ¿Por qué MacDonald's y Wal-Mart prohíben los sindicatos aquí y en todos los países donde operan?


Y a los economistas: ¿Por qué, si la economía se duplicó en los últimos veinte años, la mayoría de los trabajadores gana menos que antes y trabaja más horas?


Nadie negaba respuesta a estos raritos, que seguían con sus disparates.


Y preguntaban a los cuidadores de la salud pública: ¿Por qué prohíben que la gente fume, mientras fuman libremente los autos y las fábricas?


Y al general que dirige la guerra contra las drogas: ¿Por qué las cárceles están llenas de drogadictos y vacías de banqueros lavadores de narcodólares?


Y a los directivos del Fondo Monetario y del Banco Mundial: Si este país tiene la deuda externa más alta del planeta, y debe más que todos los demás, ¿por qué ustedes no lo obligan a recortar sus gastos públicos, ni a eliminar sus subsidios? ¿Será porque hay que ser cortés con los vecinos?


Y a los politólogos: ¿Por qué los que aquí gobiernan hablan siempre de paz, mientras este país vende la mitad de las armas de todas las guerras?


Y a los especialistas en medio ambiente: ¿Por qué los que aquí gobiernan hablan siempre del futuro del mundo, mientras este país genera la mitad de la contaminación que está acabando con el futuro del mundo?


Cuantas más explicaciones recibían, menos entendían. Poco duró la expedición. Los extraterrestres empezaron su visita por la potencia dominante, y por ahí terminaron. La normalidad del poder estaba fuera del alcance de estos turistas.

(Colaboración de Inocencio Segundo It)

Por qué leemos


Cuando leemos, somos los personajes, sufrimos sus angustias y nos alegramos de sus éxitos. Leemos para convertirnos en otros, para entrar en otra realidad diferente a la nuestra y luego volver a nuestro mundo y verlo de otra manera, una manera que ha sido tocada por esa lectura.

Roberto Echeto


(Colaboración de Mai)

domingo, 5 de agosto de 2007

Imágenes de lectores sin vergüenza...

Lectores voraces, lectores felices, lectores entusiastas, lectores cómodos y sin vergüenza...