domingo, 23 de diciembre de 2007

El deseo, la belleza; la verdad, la tristeza


Por Medu

Con las propagandas y publicidades de cosméticos, modelos de belleza, moda, etc; los medios de comunicación manipulan a los adolescentes.

“Baba de caracol”, “Reduce fat fast”, cremas para no tener arrugas o pastillas para adelgazar, son las propagandas que vi en sólo cinco minutos que hace que prendí el televisor. Estas simples frases me llevaron a darme cuenta cómo influyen los medios en los adolescentes hoy en día y los sacrificios que hacemos para seguir los deseos de otros.


La adolescencia, se puede decir, que es la etapa más difícil de la vida, en la cual todos los adolescentes buscan encontrar en sí mismos la perfección; por un lado los hombres en las mujeres, y por el otro las mujeres en ellas mismas para satisfacer a los hombres. Ellas, para ser atractivas, estar más lindas, lucirse o simplemente para llamar la atención, intentan cualquier cosa desde colocarse cremas o tomar medicamentos hasta operarse; además de no comer para no aumentar de peso o comer excesivamente y luego sentirse culpables y eliminar la comida ingerida.

"La estética se centra en modelos muy lavadas, aniñadas y románticas. No somos del todo conscientes de que algunas adolescentes quieren emularlas y terminan con bulimia o anorexia." confiesa la productora de moda Josefina Laurent. Todos miran a las modelos como personas normales, y no es así. Nadie toma en cuenta que algunas enfermedades muy comunes entre ellas, anorexia o bulimia, entre otras que son muy graves, se relacionan con la incidencia específica de los medios de comunicación.

A los fabricantes de productos de “belleza” les generaría pérdidas económicas decir la verdad sobre lo que ofrecen, ya que no venderían, pero reconocer que todo es una farsa sería, de alguna manera, una forma de evitar la situación actual de las enfermedades antes mencionadas.

Pero: ¿esta influencia, es sólo ejercida en televisión?.

No es así, son múltiples los modos de manifestar presión acerca del tipo de físico que se espera que la sociedad adopte. Los maniquíes en las vidrieras de los negocios o los talles tan pequeños que vienen ahora, obligan a las jóvenes a reducir desesperadamente su peso. No es verdad que esto sea una cuestión inofensiva, pues eso no trae más que problemas ya que el dejarse influir tanto por los modelos sociales puede llegar incluso al extremo de provocar consecuencias terribles. Este es el caso de algunas chicas del mundo de la moda y la publicidad que han fallecido a causa de estas afecciones, pues se les exigen medidas y pesos absurdos.


Todos estos cambios que quieren realizar las mujeres en ellas mismas, no son sólo producto de la influencia de las diferentes publicidades sino también son generados por su propia inseguridad. Al mirarse al espejo, y no verse como quieren ser, piensan que tienen muchos defectos, se hacen más frágiles ante los comentarios y presiones que las rodean sin darse cuenta de lo perjudiciales que son.

Nadie puede exigirles a estas jóvenes qué hacer, si está bien o mal lo que hacen, o cómo ser, su personalidad. Pero la sociedad sí puede mostrarles; bueno, en realidad, debe informarles acerca del daño que hacen cuando exigen a su cuerpo más de lo debido.

Por eso llegué a la conclusión de que, como dije al principio, las propagandas y publicidades manipulan a las adolescentes, y aunque sean las mayores responsables, no sólo estas tienen la culpa; sino también la influencia de uno mismo, y además la sociedad. Y la única forma de evitar esto es que todos tomemos conciencia de lo que hacemos, y que propongamos modos de prevenir que los chicos sigan haciendo diferentes cosas absurdas para estar o ser más bellos. Esto no está mal, pero sí la forma que eligen para hacerlo.

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