domingo, 19 de agosto de 2007

Los exámenes

Si hay algo que tengan en común a primera vista todas las carreras, colegios, institutos y similares, ese algo son los exámenes. Ellos son el alfa y el omega del sistema educativo. El curso esta dirigido a ellos y de su nota dependen el éxito o el fracaso de toda la actividad escolar realizada. Acercándonos un poco más a los exámenes, se nos presentan como los más justos evaluadores de nuestros conocimientos, cuando en realidad son la máxima expresión del aborregamiento y la estupidez.
No sólo no invitan a pensar, sino que son la negación del pensamiento. En el momento de tu evaluación deberás regurgitar
en unas horillas todo el pienso que te has ido tragando durante el cebamiento escolar. El pensamiento queda sepultado bajo toneladas de datos a memorizar.
Lo importante en nuestro sistema educativo dirigido hacia el examen no es el enriquecimiento personal, lo aprendido; sino la nota, ese número que ha pretendido, sin conseguirlo, condensar las aptitudes del alumno. Que es lo que se consigue: falta de interés, […] miradas estrábicas, amnesias a las semanas del examen, repetición al pie de la letra. Aprobar es fundamental, aprender es un tema secundario.
Ésto recuerda mucho al trabajo asalariado: el salario es la nota y el contenido del trabajo/estudio no importa quedando relegado a una posición secundaria. Hay medios ([…], copiar, memorización absurda) para sacar la mayor nota posible, no por su valor en sí, cada vez menos importante. No hay que olvidar la carga de je
rarquización que soporta la nota generando una competitividad en los alumnos que quedan divididos (por criterios normalmente muy subjetivos) en aptos y no aptos, pasables y sobresalientes, […].
Es una lucha individual frente al resto. Se potencia la competitividad y el individualismo egoísta en una prueba en la que te la juegas a una sola carta.
¿Cuál es entonces la función de nuestro sistema educativo?:
-Desarrollar conformismo y pasividad.

-Aceptar las informaciones sin crítica.
-No elegir fuera de lo que nos ofrecen.
-No dudar de lo que hay y mucho menos cambiarlo.
-Asimilar sin discusión lo que te cuentan.

-Ver a los demás como enemigos con los que tienes que competir.
-Ser insolidarios y egoístas.
-Y sobre todo, tragarnos sin pensar sus intereses, ideas y sus mentiras ("democracia", estado, derecho, la justicia, la historia, el sistema económico basado en el robo de trabajo ajeno y explotación del medio ambiente...).
Podemos alcanzar una nueva enseñanza en la que el examen no sea más que una parte pequeña de la misma. Enseñanza individualizada a cada alumno, con un seguimiento más personal, donde este alumno posea más capacidad de decisión, donde la educación se acerque a la vida cotidiana y sus problemas, donde la memorización sin sentido se sustituya por la experimentación y el espíritu crítico, donde se tienda a un desarrollo integro y equilibrado. Aunque son esbozos difusos esta claro que una educación diferente es posible.

¡NO A LA REPRESIÓN EN LOS CENTROS DE ESTUDIO!
¡NI ESTATAL NI PRIVADA!
¡EDUCACIÓN LIBERTARIA!


Texto extraído de una hoja informativa de CNT-Estudiantes

Disponible en: http://www5.autistici.org/ingobernables/textos/examenes.htm


(Colaboración de Inocencio Segundo It)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó el texto!!!!
Como docente me hizo reflexionar, ¿hasta donde sirve un examen?
Como alumna, que sufre la diarrea previa al examen, dije: la pucha, que cierto!
La verdad que es un texto para reflexionar y replantearse ciertas actitudes, ¿no?

Buenísimo. Sigan con el blog, que está excelente.

Mariel, desde la Pcia. de Neuquén

Gabriela Monzón dijo...

Mil Gracias, Mariel, por tu visita y tu comentario...
Seguiremos intentando modos que derroten la estructura tradicional del examen/vómito...
Quien deberá en algún momento replantearse esto, son las Universidades y los Institutos Formadores ¿no?
Un abrazo
Gabriela

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

¡Desde la Provincia de Nequén! Me impresiona lo que es el mundo de internet.
Me dejó con la boca abierta, y por lo menos a un docente hice replantearse si toma o no exámenes,
saludos
Inocencio