domingo, 19 de agosto de 2007

Cómo alentar su niño a leer


Ahora que su niño puede leer solo, es probable que prefiera sentarse a la televisión en lugar de acurrucarse con un buen libro. Esto preocupa porque leer es una destreza que el niño está desarrollando aún y requiere de mucha práctica.

Como actividad a realizar en el hogar, la lectura tiene competencias fuertes con muchas cosas. ¿Qué puede hacer para que la lectura adquiera un lugar de mayor importancia entre las actividades que compiten por el tiempo y la energía de su niño?


Elimine lo negativo.

Expresar su preocupación por el hecho que el niño no esté practicando su lectura puede ser un arma de doble filo. No sólo tiene que recalcar la necesidad de la lectura, sino tiene que hacer de esta una necesidad atractiva.

No lo presione con: "Tú nunca lees" suena igual a cuando dice "Nunca limpias tu cuarto". Trate de no colocar a la lectura en la lista de obligaciones que el niño desea terminar lo antes posible.

No use la lectura como un último recurso cuando el niño dice que se aburre y no tiene nada que hacer. Decirle con exasperación "¿Por qué no lees un libro?" no es aliciente.

No sea tan exigente acerca de lo que el niño lee. Lo que necesita es práctica para adquirir soltura. (Además, por lo general, los gustos cambian con la experiencia).


Acentúe lo positivo.

Sin que se de cuenta, preste atención a cuánto está leyendo el niño. Podría ser más de lo que usted sospecha, aunque poco podría ser efectivamente en libros: la programación de la televisión, chistes, ofertas de las cajas de cereales, resultados de encuentros deportivos, instrucciones de algún juego.

Use el interés que refleja este tipo de lectura para proporcionarle materiales adicionales que el niño bien podría leer. Podría buscar revistas sobre carros, actores y actrices, deportes. También podría hacer notar anuncios que ofrecen catálogos gratis.

Si ha dejado de leer a su niño en voz alta, reanude la práctica. Elija aquellos libros que su niño podrá volver a leer por su propia cuenta. Haga que los libros sean un punto de afinidad entre usted y su niño, al intercambiar confidencias sobre los libros que los dos han leído.

Sea un modelo en cuanto a la lectura (sin insistir, en forma sutil), transmitiendo la idea que la lectura no solo es necesaria sino también placentera; vaya regularmente a la biblioteca, haga comentarios sobre noticias que ha leído, utilice libros de referencia para resolver interrogantes. Trate el hecho de leer un libro como la cosa más normal del mundo que se hace con frecuencia, no como una tarea ni el premio después de haber hecho una tarea.


Texto aportado por Colegio Montessori, cortesía de Angel Delgado R. y disponible en:

http://www.educar.org/infantiles/ArticulosyObras/leer.asp


(Colaboración de Joacooo!!)

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