domingo, 16 de diciembre de 2007

¿Quién está controlando nuestra educación? O mejor dicho ¿alguien la controla?


Por Inocencio Segundo It

La escuela de hoy en día está dirigida por burócratas, pero lo que nos planteamos todos, es si realmente la controlan para bien o para mal, ¿no será que los políticos no quieren que aprendamos para que sea más fácil manejarnos?

Durante mucho tiempo me hice estas preguntas, llegó el momento de responderlas a todas

Ya hace varios años desde que comenzó la democracia en Argentina, los docentes iniciaron con los llamados “paros” una forma de protesta muy original y temida por lo políticos al principio. Pero ahora ya forma parte del núcleo escolar, algo rutinario y mecánico.

¿Alguna vez algún dirigente de turno se preocupó por los chicos que pasaban días, semanas y hasta meses sin clases? ¿Quién no escuchó alguna vez “recuperaremos todas las clases perdidas”, “pondremos suplentes los días de paro”, “descontaremos los días no trabajados”?, y ¿se cumplió eso? ¡NO! Porque a los políticos no les conviene un ciudadano pensante, un ciudadano que pueda elegir a sus gobernantes, un ciudadano que defienda sus derechos, que luche por lo que le corresponde, sólo quieren gente masa, gente a la que no le importe nada, gente a la que le dé lo mismo saber o no saber, gente indiferente a la realidad.

Otro punto que hace cada vez más débil la educación argentina son los profesores, la mayoría de ellos toma la protesta nombrada anteriormente como excusa para no dar clases, una gran cantidad se pasa las horas de “protesta” en su casa tomándolo al paro como un día más del fin de semana; ¿quiénes ocupan esos días estudiando, preparando clases, corrigiendo e incluso yendo a las manifestaciones?, que al menos sería una manera pública de “hacer algo”. Muchos docentes no sólo se dedican a hacer paro, sino que cuando llega la hora de dar clases, aparecen en el aula sin una clase preparada ni interesante.

Es obvio que la culpa no la tienen solamente los educadores, ni los jefes de estado, ya que los personajes principales -los chicos- en esta historia, también influyen en su propia educación; pero los padres también deberían preocuparse por la situación que corren los estudiantes. No pretendemos que ellos les den clases en sus hogares, pero sí que eduquen, que se ocupen de sus hijos, porque ellos ¡son el futuro! y a este paso ningún ser humano sabrá hablar adecuadamente ni expresarse con corrección por escrito.

Tal vez muchos piensan que la educación argentina debe venir sólo de la escuela, pero si en casa no hay un buen ejemplo, nunca podremos pedir que el alumno decida por su propia iniciativa sacar un libro o tenga la simple y llana actitud de dejarle el asiento a una persona mayor en el colectivo

Un profesor no sólo tendría que enseñar los conocimientos que se le piden en el programa anual, sino que también lo que debería y tendría que hacer, es enseñar valores esenciales para la vida cotidiana, como dijo Pitágoras “Educad a los niños y no será preciso castigar a los hombres.”

A veces los profesores se limitan a dar clases y, personalmente creo que deben contagiar los sentimientos de respeto, amor, solidaridad hacia los demás, para que la vida escolar sea parte de la vida diaria, para que podamos compartir y pasar momentos inolvidables, tal vez leyendo un libro, en un concurso de preguntas o participando en olimpiadas de cualquier asignatura

No dejemos que los otros nos manipulen, porque con que cada uno haga lo que tiene que hacer, el mundo sería totalmente otro. ¡¡No paren de educar!! Todos tenemos una razón por la cual estamos en este mundo, hagámosla valer, demostrémosle a los “dueños” del país que ¡juntos podemos!

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