Por Ama
La TV el día de hoy es, en Argentina, al igual que en el resto del mundo, un cuarto poder, el cual manipula la manera de pensar de las personas que consumen dicho servicio. El problema, es que la calidad televisiva deja mucho que desear.
Esta temática fue escogida, a partir de la observación personal del deterioro de los canales y programas televisivos. Invito a todos los lectores de este artículo de opinión a que reflexionen acerca de la clase de productos que consumimos.
En este país, hemos estado caracterizados por la creatividad en muchos ámbitos, entre ellos, la televisión. No nos olvidemos de los grandes artistas como Tato Bores, Porcel, "el negro" Olmedo, que entretenían a la población con su humor. Unos de los programas más exitosos de este país fueron "Magazine for fai", de la década de los '90, en el que chicos parodiaban problemáticas socio-políticas de gente grande, C.Q.C (Caiga Quién Caiga), encabezado por Pergolini se destacó por su alto rating a finales de esta década y fue vendido a otros países tales como Estados Unidos, España, Brasil e Italia, con "Chiquititas" sucedió lo mismo, ya que fue imitado en Brasil. Olmedo también mostraba a las mujeres de manera poco apropiada pero él lo hacía con otro fin, no tan obsceno como en los programas de la actualidad. Aunque tenemos que admitir que siempre tuvimos este "don" de creatividad televisiva en este país, a comparación de décadas atrás, todo cambió, ya que no hay programas, excepto algunos, que trabajen con el doble sentido e ironía; las mujeres pasaron a ser demasiado exhibicionistas. Un ejemplo de programas de este estilo son el de Tinelli, "Bailando/cantando/patinando por un sueño", o el de Sofovich. Qué ironía, ¿no?, porque se dice que el fin de que los famosos participen es, como el nombre indica, para "realizar un sueño", que la mayoría de las veces es en beneficio de hospitales públicos y personas con enfermedades que deben realizar una intervención quirúrgica, pero esto no es verdad al desnudarse, y hacer comentarios ordinarios ¿no se desnaturaliza el fin deseado?, ¿no será todo una farsa con tal de conmover al público, y así lograr ser los primeros en rating a nivel nacional?
Tinelli, imitó el show de origen estadounidense, donde no se observa descaro de parte de los participantes. A su vez, todo el alboroto televisivo en cuanto a la mala calidad de las producciones se ve reflejado, no sólo en nuestro país si no también en estados desarrollados, sólo que los mismos no les dan trascendencia. ¿Qué les pasa a las sociedades, que a la hora de encender el televisor no toman en cuenta la baja calidad de contenido que consumen?
Como se dijo anteriormente, la televisión o mejor dicho, los medios de comunicación son un cuarto poder. El mismo debería mantener a la sociedad informada y al tanto de todo lo que sucede en su país y en el mundo. Se ve que, directamente todos las creaciones televisivas versan sobre lo mismo: Gran Hermano y el programa de Tinelli, y, ¿qué clases de valores pueden transmitir estos? O sea, no es malo que si las personas quieran entretenerse los miren para relajarse, pero no puede ser que en todos se hablen y debatan cosas como: “¿Quién se fue de la casa más famosa del país la semana pasada? (Gran Hermano)”, o “¡Qué duros los jueces de Bailando Por Un Sueño! ¿Cómo la van a eliminar a Eliana Calabró?”.
Según Pablo Sirvén, periodista de vasta y reconocida trayectoria, “La televisión por aire de cualquier latitud, tal cual la conocimos, se viene muriendo hace rato por dos fuerzas contrapuestas que la estrangulan: por un lado, el poder de la tecnología, que dispara los contenidos que antes monopolizaba ese sistema hacia formatos y artefactos inesperados y más versátiles (cable, DVD, celulares, sitios de Internet, etcétera) y vuelve cada día más obsoletos sus géneros, modalidades y horarios y, por el otro, la brutalidad, clara y manifiesta, a la que muchos programadores, productores y conductores se aplican con tanto esmero para convertir ese fragilizado ámbito en un hábitat cada vez más desagradable”*.
Tengo fe, en que algún día la población se va a dar cuenta de lo que sucede, y a partir de las quejas acerca de este servicio, el mismo va a ser modificado. Los que habitamos este país estamos ciegos y no podemos divisar aquello que nos perjudica, en este caso, la televisión.¿Podremos revertir la situación?, todo está así a causa de nosotros, que somos los únicos capaces de cambiar la situación.